El carbón ha sido una materia clave para el desarrollo económico, social e industrial de Colombia, especialmente por su rol en la generación de energía y su impacto en el mercado nacional e internacional, la generación de empleo. Además de que gran parte de las exportaciones y las inversiones extranjeras son realizadas en este sector. Sin embargo, su explotación ha generado impactos ambientales, sociales y económicos, incluyendo emisiones de GEI, dependencia económica y fluctuaciones de precio. ​

La “descarbonización” se ha establecido como una estrategia clave, tanto a nivel nacional como internacional, para avanzar hacia fuentes de energía más sostenibles, diversificar los sectores económicos y promover nuevos estilos de vida. Esta transición está enmarcada en iniciativas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2022-2026, el PROURE 2030, el Plan de Reindustrialización y la Transición Energética Justa. ​

​Para que sea efectiva, esta transformación debe ser gradual y sostenible, adaptándose a las características y necesidades de cada territorio. Además, es esencial garantizar alternativas económicas y sociales que beneficien a las comunidades actualmente dependientes del carbón.